Mark Rothko: sobre la complejidad monocromática

Las obras del artista lituano Mark Rothko sigue sorprendiendo por la dificultad detrás de su aparente sencillez y las emociones que enciende. Conócelo aquí.

En la novela Morir más de una vez, del autor mexicano Álvaro Uribe, hay una broma muy buena sobre un colorido personaje llamado Josejuán, quien se describe a sí mismo como un “muralista monocromático” en una fiesta en París a la que asiste. El protagonista, Manuel Artigas, queda fascinado con esa descripción, preguntándose cómo es que una artista es capaz de crear murales de un solo color, antes de caer en cuenta de que Josejuán es albañil y se dedica a pintar casas.

Y si tú también leíste este libro y te preguntaste, como yo, ¿cómo se vería un mural de un solo color?, hay un artista que dedicó su obra a ese mismo tema, quizá de la manera más complicada posible: Mark Rothko.

Aunque nació en Lituania a principios del siglo XX, Rothko pasó la mayor parte de su vida en Estados Unidos. Se negó a ser clasificado como parte de cualquier movimiento artístico, generalmente se le considera un expresionista abstracto, cuyas obras más famosas fueron creadas entre los 40 y 50. Y si has escuchado hablar de él antes, seguramente fue gracias a Luis, el mejor amigo de Scott Lang en Ant-Man.

RothkoImagen tomada de marvelcinematicuniverse.fandom.com

Y es que, lo más extravagante de la obra de Rothko es la manera en que este artista manipulaba el color, con la idea de inspirar alguna emoción humana pura con cada uno de sus cuadros. Los cuales, aunque sencillos en apariencia, requerían de un proceso complejo de pigmentación para lograr el tono correcto.

Este estilo, tardío en su carrera, fue conocido como “multiforme”, y consistía en pintar capas y capas del mismo color hasta lograr la tonalidad exacta, en murales que alcanzaban más de dos metros de altura, con la idea de crear en el espectador una sensación de intimidad abrumadora, creando una sobrecarga sensorial al estimular las emociones a través de los colores de cada cuadro.

RothkoImagen tomada de wsimag.com

De esta manera, [Rothko] aspiró a crear una obra de arte más “realista”: gracias a las formas planas y la ausencia de un mensaje representado, el papel del artista es limitado y el espectador se comunica directamente con la pintura, sin ser influenciado por la representación del mundo visual exterior visto a través de los ojos del artista. Motivados a imaginar, reflexionar, contemplar y sentir libremente, los espectadores tienen la oportunidad de experimentar el arte de manera genuina.

 

Por ello, cada pieza de los “multiformes” de Rothko podía presentar decenas, y hasta cientos, de capas pictóricas, manipuladas de manera cuidadosa para crear un mosaico monocromático, en el que cada color estaba elegido para encender las emociones de quien la mira, en silencio, envuelto por un mural masivo que inunda la vista y la mente.

RothkoImagen tomada de https://secretvienna.org/mark-rothko-at-the-khm/

Y aunque este estilo fue (y aun es) muy criticado por la aparente falta de esfuerzo, la tesis con la cual Rothko trabajaba, en la que el arte debe hablarnos a un nivel casi primitivo, resultó en obras de una sencillez sumamente compleja, lo cual lo convierte de manera efectiva en un “muralista monocromático”. 

 

Por Sergio A. Martínez

 

Referencias

Pleza, R. (2016). “6 Simple-Looking Artworks That Were Really Tough To Pull Off”. Cracked Magazine. Estados Unidos. Recuperado el 11 de mayo de 2020 de: https://www.cracked.com/article_23992_6-lazy-pieces-art-that-took-insane-amount-work.html

Economou, N. (2015). “Mark Rothko (1903 – 1970): Transcendent “Multiforms””. Useum. Estados Unidos. Recuperado el 11 de mayo de 2020 de: https://useum.org/blog/Mark-Rothko-1903-1970-Transcendent-Multiforms

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